¿Un coro gospel de Buenos Aires? Vamos, suena un poco raro, como cuando aparece en
Cosquín un japonés cantando chacareras. No es que la música religiosa
afroestadounidense sea completamente desconocida por acá: algo aparece en el repertorio
de coros y grupos vocales –inclinados en general más por una expresión
particular: los negro spirituals–, incluso
algunas formaciones especializadas hoy olvidadas abrieron cierto antecedente,
pero eso no bastó para que el género echara raíces.
Sin embargo, ahí está, creciendo a paso firme,
el Coro Gospel de Argentina. Después de dos años de duro trabajo, muchas
presentaciones en iglesias, eventos, teatros y también como invitados de
Dancing Mood (véase DVD 100 Nicetos
o, en su defecto, Youtube) y un buen disco –This is how we do it! (2010)–, el Coro demostró que no es apenas un
grupo de entusiastas. Hay que escucharlo para ver hasta qué punto la cosa va en
serio.
Uno de sus motores, Franco Gandullo, productor
artístico y ejecutivo, ya había sembrado una semilla en la capital
mediterránea, el Córdoba Gospel Choir, que aún hoy sigue en camino con notables
resultados. Gandullo se vino a Buenos Aires a replicar y potenciar esa
experiencia y encontró acá a una compañera ideal: Natalia Welbey, directora del
grupo.
Natalia tiene una voz extraordinaria, una
técnica depuradísima y mucha ruta en sus escasos 33 años: acompañó como corista
en giras o grabaciones a –por solo empezar a enumerar– Pedro Aznar, Vitale,
Baglietto, Bob Telson, Diego Torres, Víctor Heredia, Bahiano, Mihanovich,
Patricia Sosa; hizo cruceros, cantó en Nueva York, en México, hizo jazz… Domina
todas las facetas del canto negro: la épica, el desgarro, la seducción, el
susurro, el rugido, el melisma.
Tras ella, se alinean 100 (¡cien!) cantantes
amateurs y profesionales unidos por el amor a esta música y una pequeña pero
muy sólida formación instrumental (piano, bajo,
guitarra y batería). Juntos, recorren un repertorio que atraviesa 250 años, del
himno “Oh, Happy Day” (del siglo XVIII) o el spiritual tradicional “I Wanna Be Ready” a gemas del cancionero contemporáneo:
“Bridge over Troubled Water” (de Simon & Garfunkel, vía
Aretha Franklin), “Victory” (de Yolanda Adams, figura central del
gospel actual) o “I Believe I Can Fly” (balada hitera de los ’90 firmada por R. Kelly).