Malí es uno de los países más pobres del África y también la cuna del
llamado “blues del desierto”. Este género, cuya figura definitoria es Alí Farka
Touré, es una suerte de vuelta a sus raíces del blues estadounidense, que los
músicos africanos adoptaron y adaptaron, incorporándole sus propias tradiciones
musicales. En ese caldo cultural se formaron Amadou Bagayoko (voz y guitarra) y
Mariam Doumbia (voz), una de las parejas con más proyección de la música
africana actual.
Aunque en la guitarra de Amadou se puede reconocer ese clásico sonido
filoso tan africano, no es blues lo que hacen sino una música más festiva, que
conecta con el sentimiento de aquel género pero también con el de sus
orgullosos hijos y nietos, el R&B, el soul, el funk, el reggae. Su música
no está exenta de declaraciones políticas, pero en un marco de celebración a la
vez africana y global que encuentra expresión en el eclecticismo de los instrumentos
(violín, percusión, vientos, programaciones) y las influencias (sub y
norsaharianas, latinas, mediorientales, indias).
En esa línea se inscriben sus últimos discos: Dimanche à Bamako (2004),
con la mano excesiva de Manu Chao, que fue el productor; Welcome to Mali (2008),
que los consolidó en el mapa mundial de la world
music; y el reciente Folila (2012), repleto de invitados cuidadosamente
elegidos con un criterio que mira más la novedad (de esos que vale la pena
conocer) que la chapa. En su primera visita en solitario (habían estado hace algunos
años en un festival), Amadou & Mariam van a presentar esta obra de una contundencia
casi rockera, aunque igualmente llena de ese colorido tímbrico y esa riqueza
rítmica que a los oyentes extrafricanos tanto nos seduce.