6 de mayo de 2011

Eddie Shaw: el heredero de Howlin' Wolf



Excepto algunos grandes nombres, la escena del blues de Estados Unidos es una escena reducida, en la que enormes músicos sobreviven en pequeños bares de blancos o sueñan con saltar el cerco del público negro y llegar a las mejor dotadas billeteras caucásicas. Tras el auge de los ’60 y ’70, el género cayó muchos puestos en las preferencias anglosajonas. La segunda generación de la movida de Chicago nunca pudo ocupar los espacios que dejaron vacantes Willie Dixon, Muddy Waters, Howlin’ Wolf o Jimmy Reed.

Paradójicamente, esa circunstancia transformó el estrecho circuito en una mina de oro para productores y público de una ciudad con un pequeño y fiel corazón blusero como Buenos Aires. El año pasado vino John Primer, último guitarrista de Muddy Waters, y encendió el húmedo auditorio del Bauen. Ahora llega Eddie Shaw, saxofonista que integró el grupo de Waters, fue arreglador en decenas de grabaciones (entre ellas, de Dixon) y un pilar de la banda de Howlin’ Wolf. A tal punto que, tras su muerte, siguió al frente de la agrupación bajo el nombre de Eddie Shaw & The Wolf Gang.

Con un estilo personal (adopta en el canto algunos yeites del vocalista que aullaba como lobo y elige en sus solos de saxo frases punzantes y entrecortadas, como si tocara la guitarra), mucho, mucho oficio, ganado en horas sobre el escenario, y –seguramente– un agudo sentido del show (para el músico de Chicago el blues no es solo tristeza, es también sensualidad, baile y diversión), Eddie Shaw dará cátedra en La Trastienda.

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