7 de noviembre de 2013

Bomba Estéreo: La selva tecnológica



Un año después de su última visita, Bomba Estéreo vuelve a Buenos Aires con su irresistible electrónica de inspiración caribeña. Respecto al presente de la banda colombiana podrían decirse un par de cosas. La primera es que el último disco, Elegancia tropical (2012), es muy distinto al anterior, Estalla! (2008), que los proyectó a pistas y festivales de todo el mundo. Muy distinto en el sentido de que baja la dosis folklórica y se fortalece la electrónica, el reggaetón, el rap y los latiguillos hechizantes. La champeta y la cumbia son un resto sublimado, una fuerza festiva que late por detrás.

La segunda cosa es que Elegancia tropical es mucho mejor que Estalla! Es mucho más que la curiosidad del cruce. Es una fascinante línea de desarrollo: más psicodélica, más ambiental, más intimista. Siguen presentes los temporales del Trópico, claro,  pero Elegancia… tiene una complejidad y una maduración que Estalla! estaba lejos de alcanzar. Hay algo exuberante en el disco, como la selva. Pero una selva mediada por la tecnología. Correlato quizás de las últimas experiencias de Björk, una especie de paisaje de Avatar delineado con precisión digital. Realidad y artificio a la vez.

Nacida hace más de diez años de la mente y el bajo de Simón Mejía, no fue sino hasta la incorporación de Li Saumet que la Bomba fue adquiriendo su actual fisonomía, a la que se sumaron Julián Salazar en guitarra y Kike Egurrola en batería. Hoy, en Elegancia…, la Bomba ya suena realmente como banda, con la contundencia y la cohesión que uno espera.

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