4 de septiembre de 2013

Caetano Veloso: El arte del trío (de a cuatro)



Lo que más impacta de Caetano Veloso en vivo son sus impresionantes cualidades vocales, su magnetismo personal y –cómo no– esa sensación de estar frente a un pedazo enorme de historia. Si fuera solo un monumento, no estaría nada mal. Pero Caetano no se conforma y, a sus 71 años, tiene la osadía de seguir reinventándose a sí mismo y reinventando, de esa forma, las posibilidades de la canción, la música popular brasileña y, por qué no, el rock sudaca.

Su último disco, Abraçaço, no sólo está a la altura de la trilogía –con (2006) y Zii & Zie (2009)–que vino armando con el acompañamiento de un trío de rock. Si como compositor no tiene fecha de vencimiento –escúchense “A bossa nova é foda”, “Um abraçaço” o la colosal “Um comunista”–, acá la concepción sonora con solo guitarra, bajo y batería alcanza niveles inéditos.

Quizás sea exagerado, pero escuchando Abraçaço dan ganas de decir dos cosas. Una, que es un disco perfecto. Dos, que cuando hace rock, aunque él sea un cuarto involucrado, Caetano –como hizo Brad Mehldau en el jazz– reinventa el arte del trío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario